En las profundidades de la galaxia espiral llamada Vía Láctea, un
torbellino de materia caliente se arremolina alrededor de un agujero
negro que es más de un millón de veces más masivo que el Sol. Muchas
galaxias, o quizás todas, contienen este "monstruo en su interior".
Estos agujeros negros supermasivos se sustentan tragando estrellas,
planetas, asteroides, cometas y nubes de gas que deambulan cerca del
abarrotado núcleo galáctico.
La nave espacial NuSTAR (acrónimo de Nuclear Spectroscopic
Telescope Array, en idioma inglés o Telescopio Espectroscópico Nuclear,
en idioma español), de la NASA, recientemente captó al agujero negro
central de la Vía Láctea cuando "tomaba un refrigerio".
"Tuvimos suerte y captamos un estallido que se produjo en el
agujero negro durante nuestra primera campaña de observación", dice
Fiona Harrison, quien es la principal investigadora de la misión, en el
Instituto de Tecnología de California (California Institute of
Technology).
NuSTAR es un observatorio en órbita diseñado para tomar
fotografías de fenómenos violentos y de alta energía en el universo. Fue
lanzado el 13 de junio de 2012 y es el único telescopio que puede
desarrollar imágenes enfocadas de los rayos X de más alta energía
producidos por las estrellas moribundas y por los voraces agujeros
negros.
"Es como ponerse un nuevo par de anteojos y ver nítidamente por primera vez aspectos del mundo que nos rodea", afirma Harrison.
La nítida visión de NuSTAR le permitió ubicar un estallido de
rayos X duros que provenían del centro de la galaxia durante una campaña
de observación, en julio. Asimismo, las observaciones de rayos X de
energía más baja, llevadas a cabo por el Observatorio Chandra de Rayos X
(Chandra X-ray Observatory, en idioma inglés), de la NASA, y los datos
proporcionados por el telescopio Keck, en Hawái, obtenidos por medio del
espectro infrarrojo, confirmaron el estallido. El agujero negro de la
Vía Láctea acababa de tragarse... algo.
Los refrigerios del agujero negro son un proceso violento en el
cual la "comida" es despedazada por poderosas mareas y calentada a
millones de grados a medida que desciende por la garganta de la
singularidad gravitacional. En este caso, NuSTAR recogió rayos X
emitidos por materia que se calentaba hasta alrededor de 100 millones de
grados Celsius.
La observación anima las esperanzas de que los astrónomos sean
capaces de resolver un misterio que hace mucho tiempo no pueden
resolver: ¿Por qué el agujero supermasivo de la Vía Láctea es un comilón
tan delicado?
Si se lo compara con los agujeros negros gigantes ubicados en los
centros de otras galaxias, el de la Vía Láctea es relativamente calmo.
Los agujeros negros más activos tienden a devorar materia en cantidades
descomunales. Por otro lado, se cree que el nuestro apenas prueba
bocados o que ni siquiera come.
Los asteroides podrían ser una fuente primaria de alimento. Un
modelo propone que billones de asteroides rodean el corazón de la Vía
Láctea. Utilizando el Observatorio Chandra de Rayos X algunos astrónomos
han detectado llamaradas que coinciden con asteroides de 10 kilómetros
de ancho o con asteroides más grandes que caen en el agujero negro.
Estas rocas espaciales tendrían el mismo tamaño que el asteroide que
eliminó a los dinosaurios en la Tierra hace 65 millones de años. Rocas
espaciales más pequeñas también podrían estar cayendo pero sus
llamaradas serían demasiado débiles como para que Chandra las detecte.
NuSTAR agrega algo nuevo al problema. Con su capacidad sin
precedentes para detectar y producir imágenes de llamaradas de rayos X
con gran foco, el telescopio casi con seguridad ayudará a los astrónomos
a comprender lo que está sucediendo en las profundidades del corazón de
nuestra galaxia. El menú del monstruo pronto podría conocerse.
Para obtener más información sobre NuSTAR y sus observaciones de los
agujeros negros con un gran foco, visite la página de la misión en: nustar.caltech.edu
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