domingo, 6 de junio de 2010

Arquitectura Espiritual: Luis Barragán


El valor espiritual se percibe como prioridad en la obra de Luis Barragán, ya sea casa, jardín o capilla, atiende aspectos espirituales como: la necesidad de "que la luz toque el alma-como dice Tadao Ando-y de percibir el cielo y la naturaleza.
Visitar la casa de Luis Barragán provoca un cambio en la conciencia, en ella el significado está por todas partes, como un poema intensamente personal y, por lo mismo, universal. En la casa se percibe la fuerza de la intención, de lo verdaderamente elegido por su creador.
Lo más impresionante en esta residencia es la libertad con la que está construida. Se apega a la experiencia personal, dándole total crédito a una infancia intensa e hipersensible que conservó los recuerdos sensoriales y lúdicos relacionados con el agua, los jardines y los caballos, por mencionar algunos.

Además de los elementos primarios indelebles de la percepción infantil, se encuentra la libre voluntad de inventárselo todo, con una prioridad en las necesidades espirituales y con una manifestación de entusiasmo por vivir en cada rincón. Es una experiencia estética en la que no se puede "adivinar" las intenciones de Barragán al construirla, sino sentirlas y dejar que la vivencia nos transforme y nos libere en cierta medida.
Consideremos la casa de Luis Barragán como un poema, y como tal: "necesariamente una unidad perfecta" (Blake). Una casa que a la vez, es una obra de arte y nos ofrece la ventaja adicional de poder literalmente entrar en ella. Es como si pudiéramos entrar en una pintura, a un cuento, o a un soneto. En estas circunstancias, ya no tiene sentido la pregunta ¿qué habrá querido decir...?Pues así como "lo que el poema quiso decir es literalmente el poema mismo" (Frye), en este caso lo que el artista logra lo podemos experimentar nosotros mismos, lo podemos sentir con todos los sentidos. Es algo mágico: uno entra en la casa y la casa entra en uno.
Con el jardín pasa lo mismo; vivo y vital, intencionalmente indómito, como un microcosmos lleno de sorpresas.

Del aprendizaje de la obra de Barragán surge naturalmente la tentación de imitar, pero hay que entender que una imitación que intente unicamente copiar los resultados visibles porducirá un resultado superficial y carente de espíritu. Los artistas también imitan, pero lo hacen profundamente repitiendo los procesos y no unicamente los resultados. Es decir, hay un aprendizaje necesario y un camino que recorrer, renovando nuestra percepción y abriendo la puerta a nuestros propios recuerdos en busca de la expresión que corresponda a nuestros gustos y necesidades.
La arquitectura de Luis Barragán es espiritual porque construye el espíritu y también es personal, emocional, poética, profética, mexicana y universal; características que se explican y se implican entre sí.

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