martes, 27 de julio de 2010

Heidegger II parte

I
Se trata por lo tanto en principio de hacer clara la finalidad de la física como ciencia. Lo que resulta más seguro para esto es mostrar la tendencia fundamental de la física, que en el curso de su historia desde Galilei hasta el presente ha surgido cada ves más claramente.
(361) La filosofía de la naturaleza antigua y medieval[i] procuraba investigar la esencia metafísica de los fenómenos inherentes a la realidad inmediata y sus causas ocultas. En oposición a esta especulación metafísica sobre la naturaleza, la ciencia de Galilei significa metódicamente algo completamente nuevo, Esta pretende ejercer el dominio sobre la diversificación de los fenómenos a través de la ley, y su logro (Leistung) nuevo y particular consiste en cómo llega a la ley. Como a partir de este método del conocimiento de la ley se puede ver más claramente la tendencia fundamental de la física, aclararemos este método con un ejemplo clásico: el hallazgo de Galilei de la ley de la caída. La antigua ciencia de la naturaleza hubiese procedido en el problema de la caída de tal modo que a través de la consideración de casos particulares de fenómenos de caída, hubiese intentado extraer lo que fuese común a todos los fenómenos de la caída, para luego desde aquí inferir la esencia de la caída. Galilei no comienza con la consideración de fenómenos de caída aislados, sino con una suposición en general (hipótesis) que reza: “Los cuerpos caen, privados de su sostén, de tal forma que su velocidad aumenta proporcionalmente al tiempo, (v=g.t) es decir que los cuerpos caen con un movimiento uniformemente acelerado. La velocidad al comienzo es 0, la velocidad final v=g.t. Tomemos la velocidad media g/2.t, entonces tenemos un movimiento uniforme; para éste reza la fórmula primitiva e=c.t : el espacio recorrido es igual al producto de la velocidad por el tiempo. En nuestro caso es c=g/2.t, este valor, sustituido en la fórmula precedente da por resultado: e=g/2.t2. Esta ecuación la prueba Galilei en casos concretos, y es confirmada por ellos. Por lo tanto es válida la antedicha suposición de la que en forma puramente deductiva fue obtenida la ley que más tarde se comprobó experimentalmente. Intencionalmente fue expuesto este raciocinio en forma más detallada para mostrar que en todo el razonamiento no se trata en ninguna parte de este o aquel objeto determinado, de esta o aquella duración de tiempo, o de éste o aquel espacio de caída. La suposición v g . t que luego a través de la conclusión y a partir del experimento verificante se vuelve ley, es una suposición general sobre los cuerpos en general.
En este nuevo método reside por lo tanto una doble particularidad: 1-Se afirma una suposición o hipótesis (Annahme), que permite en general comprender a los fenómenos de un determinado ámbito -aquí, por lo tanto, a los fenómenos del movimiento. 2-La suposición o hipótesis no afirma de ningún modo una cualidad oculta como la causa explicativa de los fenómenos, sino que contiene relaciones matemáticamente comprensibles, es decir, medibles, entre los momentos del fenómeno concebidos idealmente. Este modo de formulación del problema que Galilei por primera vez llevó a la práctica conscientemente logra el predominio con el correr del tiempo en las ramas especiales de la Física (Mecánica, Acústica, Doctrina del calor, Óptica, Doctrina del magnetismo y Electricidad). En cada uno de estos campos aspira la física a ecuaciones en las cuales son formuladas relaciones legales muy generales con respecto a los hechos del campo respectivo.
Pero la física moderna no se ha quedado aquí. Ha encontrado ya leyes fundamentales que permiten por un lado incluir partes de, la Acústica y de la Doctrina del calor en la Mecánica, y por otro lado incluir a la Óptica, al Magnetismo y a la Teoría radiotérmica en la Doctrina de la electricidad. Así la variedad de los campos particulares de la física se ha reducido hoy a dos campos: la Mecánica y la Electrodinámica, o, como también se dice, la física de la materia y la física del éter, Por más vehemente que sea la lucha entre la concepción del mundo (Weltnaschauung) mecánica y electrodinámica, ambos campos, como dice, Max Planck “no se podrán a la larga de ninguna manera delimitar nítidamente”,[ii] “La mecánica necesita para apoyarse en principio sólo el concepto de espacio, el del tiempo y el de lo que se mueve, califíquese a éste de sustancia o de estado. Pero tampoco la electrodinámica puede prescindir de los mismos conceptos: por eso una mecánica adecuadamente generalizada podría muy bien abarcar también a la electrodinámica; y en la práctica hay muchos indicios de que estos dos ámbitos ahora parcialmente conectados entre sí se van a unir finalmente en uno sólo, en una dinámica general”[iii]
Con esto estaría puesta de relieve la finalidad de la física como ciencia; es la unidad del concepto del mundo físico la reducción de todos los fenómenos a las leyes fundamentales fijables matemáticamente de una dinámica general, y a las leyes de movimiento de una masa que en cualquier momento puede ser determinada. Ya que conocemos ahora la finalidad de la Física, se puede formular la segunda pregunta: ¿Qué función le es inherente al concepto de tiempo en esta ciencia?
El objeto de la física, ahora podemos decirlo así brevemente, es la legalidad (Gesetzlichkeit) del movimiento. Los movimientos transcurren en el tiempo. Pero ¿qué quiere decir esto? El tiempo tiene una significación espacial; sin embargo el tiempo, evidentemente, no es nada espacial, y precisamente siempre se contrapone uno frente a otro al espacio y al tiempo. Pero también evidentemente el espacio y el tiempo están relacionados de alguna manera. Galileo Galilei se refiere una vez en un pasaje de los Discorsi precisamente a esta afinidad de los conceptos de tiempo y movimiento. “Así como la uniformidad del movimiento se comprende y se determina a través de la igualdad de tiempos y espacios, también podemos, a través de una idéntica igualdad de las partes del tiempo, comprender como simple el aumento de velocidad (aceleración) realizado”[iv] evidentemente se trata, en la relación (Verhältnis) de movimiento y tiempo, de la medida del movimiento con la ayuda (364) del tiempo. La medida como determinación cuantitativa es un asunto de la matemática. Por lo tanto, si queremos obtener rigurosos conceptos de tiempo y movimiento, tenemos que considerar a éstos en su forma matemática.
La situación de un punto material en el espacio está determinada por el punto del espacio con el que coincide. Supongamos por un momento que el espacio esté vacío, con excepción de un punto material, cuya posición debe ser determinada. Ahora bien, el espacio es infinito, cada punto del espacio es equivalente a otro, o igualmente cada dirección con cada otra. Una determinación de la situación del punto material en cuestión no es posible sin un punto con relación al cual se determine su situación. Un punto de referencia tal tiene que estar siempre supuesto. El valor de todas las determinaciones de posición es relativa a él, por lo tanto estas determinaciones no son absolutas. La determinación de la posición tiene lugar de tal forma que a través del punto de referencia nos representamos tres rectas situadas perpendicularmente una con respecto a otra, los ejes x, y, z, La posición del punto “p” está ahora determinada por la distancia de los ejes de coordenadas, a través de las coordenadas x, y, w Supongamos que un punto “p” estuviese en una curva en el espacio. Ahora lo consideramos en su movimiento, es decir, estudiamos sus posiciones, cómo se suceden temporalmente, En cada segundo que consideremos por el reloj podemos ocuparnos en tres dimensiones, es decir, indicar determinados valores de x, y, z que determinan la posición del punto P en ese momento; x, y, z son por lo tanto con respecto a sus valores dependientes del valor respectivo t. es decir, son funciones del tiempo (x=x (t) ; y=y (t); z=z (t)). Si se modifica el valor del tiempo t en un valor infinitamente pequeño entonces también se modifica el valor de las coordenadas, Sustituyamos ahora en ves de t todos los valores sucesivos posibles; entonces indicarán las coordenadas como funciones constantes de t la suma de todas las posiciones del punto P que se han sucedido temporalmente. A esta suma de todas las posiciones la llamamos movimiento (365): “Si queremos describir el movimiento de un punto de la materia”, dice Einstein “damos los valores de sus coordenadas en función del tiempo”[v]
Todos los demás conceptos fundamentales de la teoría del movimiento como velocidad movimiento uniforme, aceleración, movimiento no uniforme, se definen a través de determinadas relaciones entre magnitudes de tiempo y espacio. Las cualidades físicamente animadas (anschaulichen) del fenómeno definido han desaparecido y se han llevado al plano de lo matemático. Los movimientos como objetos de la física son medidos así con ayuda del tiempo. La función del tiempo es posibilitar la medición. Los movimientos, en tanto objetos de la Física, siempre son considerados con respecto a su posibilidad de ser medidos, no se ponen de ningún modo que sólo ocasionalmente en relación con el tiempo, de modo que hubiese igualmente conocimientos físicos aunque se dejase de lado al tiempo como tal, sino que el tiempo constituye como han demostrado las ecuaciones del movimiento indicadas anteriormente, un momento necesario en la definición de movimiento, El movimiento en este enlace necesario con el tiempo es comprensible, antes que nada, matemático-físicamente. Ya que el tiempo está comprendido como condición de la posibilidad de la determinabilidad matemática del objeto de la Física, es decir, de los movimientos, podemos responder inmediatamente la última cuestión sobre la estructura de este concepto de tiempo. En las ecuaciones de movimiento x x (t),y y (t), z x (t), está supuesto el tiempo como variable independiente de modo que éste cambia continuamente, es decir, fluye sin saltos de un punto a otro uniformemente, y representa una fila dirigida en una dirección, en la que cada punto se diferencia sólo a través de su posición medido a partir del punto del comienzo, Precisamente porque un punto del tiempo se diferencia del precedente sólo porque es su sucesor, es posible medir el tiempo y, por esto, movimientos.
(366) En cuanto se mide el tiempo ( y sólo como tiempo medible y capaz de ser medido tiene una función plena de sentido en la Física), determinamos una cantidad (Soviel). Esta indicación de la cantidad reúne en una unidad a los puntos del tiempo hasta allí transcurridos. Hacemos en la escala temporal en cierto modo un corte, destruimos con esto al verdadero tiempo en su fluir y lo paralizamos. El flujo se detiene, se congela, se hace superficie y sólo como superficie es medible El tiempo se ha vuelto una homogénea ordenación de sitios (homogene Stellenordnung), se ha vuelto escala, parámetro.
Antes de que terminemos la consideración del concepto de tiempo científico natural, debe ser tenida en cuenta aún una objeción. Se podría señalar que lo dicho hasta ahora no ha tenido en cuenta la más moderna de las teorías de la Física -la teoría de la relatividad. La concepción del tiempo que surge de ella “supera en atrevimiento probablemente a todo lo que ha sido hecho en la investigación especulativa de la naturaleza, e incluso en la teoría filosófica del conocimiento”[vi]
Se pasa por alto sin embargo esto: en la teoría de la relatividad en tanto teoría física se trata del problema de la medición del tiempo, no del tiempo en sí mismo. El concepto de tiempo permanece inalterado a través de la teoría de la relatividad, incluso ésta confirma plenamente lo que hemos puesto de relieve anteriormente como lo característico del concepto científico natural del tiempo, es decir, el carácter homogéneo determinable cuantitativamente. Este carácter matemático del concepto del tiempo físico no puede ser expresado más rigurosamente que por el hecho de que está considerado junto al espacio tridimensional como cuarta dimensión, y en unión con éste es tratado en las geometrías no euclidianas, es decir, las geometrías que consideran más de tres dimensiones.
Si ahora pasamos a describir la estructura del concepto de tiempo (367) en la ciencia histórica, parece por de pronto ser muy dudoso que aquí se pueda formular un nuevo problema. Porque también para la ciencia histórica el tiempo en cierto modo es una ordenación de sitios, con relación a la cual los acontecimientos tienen asignados su determinada colocación temporal, y por esto están fijados históricamente. Así, Frischeisen-Köhler escribe recientemente que “bajo ciertas circunstancias la fijación temporal (..) basta para hacer de un concepto construido según principios científicos naturales un concepto histórico”[vii] De este modo, el concepto “el hambre en Fulda en 750” designa un muy determinado acontecimiento individual, -y es por consiguiente un concepto histórico.
Estamos aquí ante una alternativa: o bien no estamos con respecto al concepto mencionado anteriormente frente a un concepto histórico en cuanto no se comprende porqué la mera determinación temporal tendría que hacer de un concepto general un concepto histórico, ya que también los fenómenos de la física se determinan temporalmente, o bien estamos frente a un concepto histórico, lo que en realidad es exacto, Pero entonces es la determinación temporal que en él se puede hallar una determinación temporal muy particular, que sólo se puede comprender a partir de la esencia de la ciencia histórica.
Algo ha quedado por lo menos aclarado: en el concepto de tiempo de la ciencia histórica reside un problema. Hay derecho y tiene sentido preguntarnos, por tanto, por la estructura del concepto de tiempo histórico. A esta estructura la podemos reconocer por la función en la ciencia histórica, función que por otra parte sólo comprensible a partir de la finalidad y el objeto de la ciencia histórica.

domingo, 25 de julio de 2010

Anthony Pappa Moments 2


Este compilado de Anthony Pappa ya salió hace unos meses, pero está muy bueno y recomiendo su descarga para esos sets o para esas tardes aceitosas. No hay más que agregar, Un saludo a todos.

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- Once you have entered into the link, press "gratis".
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And thats all, enjoy, regards.

lunes, 19 de julio de 2010

Trazos, colores, y ningún elemento digital



Martin McMurray es un pintor estadounidense nacido en 1959 y que actualmente trabaja y reside en California.
Desde el 2002 Martin ha presentado su trabajo, y lo que a Martin le gusta pintar son tanto a personas en sus más peculiares momentos (desnudos), así mismo el ambiente de la ciudad y de como las peronas se envuelven en el mismo.
Baños, interiores de una casa, exteriores, ciudades, sobre ruedas o solamente transitando, Martin logra plasmar esa expresion nauseabunda del ser humano proveniente de su vida cotidiana y asi mismo aburrida.
Mucho de su trabajo se puede encontrar en la Jeff Bailey Gallery (EUA).

lunes, 12 de julio de 2010

Once again: hip hop



Corría el año de 1999, el gran genio Hideaki Ishii aka Dj Krush se le ocurrió trabajar con el gran trompetista de nacionalidad también japonesa Toshinori Kondo. Juntos crearon Ki-Oku una producción musical simplemente a mi criterio hermosa, está lleno de grandiosas canciones llenas de un espiritu jazzy hop japonés con la gran calidad de estos dos grandes de la música, solo basta escuchar el cover que hacen a Bob Marley para saber de la grandiosa calidad de estos maestros.
Y si bien este disco puede servir para acompañar aquellas tardes de lectura o actividad extracurricular, también puede servir para acompañar aquelñlas buenas reuniones que se presentan junto con la familia o los amigos.
Es de su obligación bajar este gran albúm 100% recomendable por mi y miles de personas. Disfruten entonces Ki-Oku de principio a fin, y si no les gusta el hip hop, no importa es seguro que les gustará.

viernes, 9 de julio de 2010

pi: ese loco número irracional - Por Eunice Hernández -


Recuerdo bien la soporífera clase de Matemáticas en la que el profe Don Eulalio, como un grafitero, pintarrajeaba el salón con letras y signos imposibles de interpretar, mientras que los alumnos repetían las letanías de la geometría como ratones de laboratorio y unos cuantos gañanes lo molestaban preguntandole si el había inventado tal ecuación. Los más matados gritaban con sabiduría:<<¡Pi es 3.1416, pi es 3.1416!>>, pero los otros continuaban con su indagación: "Don Eulalio, ¿verdad que usted inventó esa fórmula?". El hombre no pudo más de coraje y desesperación, y explotó...Geometría Práctica
Al día siguiente, el profe se la cobró haciéndonos llevar útiles de preescolar: estambre de color, un cuarto papel ilustración o de cartoncillo, plumones de agua para evitar intoxicaciones y una tapa redonda. Luego, nos puso a razar un círculo en el papel ilustración con la ayuda de una tapita; para medir el diámetro, sacamos de la madeja tres pedazos de la misma medida y entoncers, vino la revelación: ¡los tres juntos daban casi toda la vuelta a la circunferencia de mi círculo! Lo más sorprendente era que ese fenómeno se repetía en todos los círculos de la clase ¡Y eso que eran de diferentes tamaños y colores! --y hasta sabores, pues hubo quien en vez de tapa llevó su tupper con jicamas chorreando gotas enormes de limón y chile piquín.
Para ese entonces, los estudiosillos del grupo sabían que la fórmula de la circunferencia es igual al diámetro del círculo por el afamado pi, que equivalía a 3.1416; pero más allá de la fórmula , ni los matados, ni los gañanes, ni los demás habíamos reflexionado sobre la procedencia de este número. Yo me emocioné y, tímidamente, pero con cierto sarcasmo, le pregunté a Don Eulalio: "y si no fue usted, ¿qiuen inventó esa fórmula Don Eulalio?" . Y hasta ahí llegó el esplendor de Don Eulalio. Él era matemático, no historiador, así que con voz titubeante respondió: "los griegos, los griegos, claro está". La respuesta me pareció convincente, pero años después descubrí que esta búsqueda por el valor de pi ha sido una faena que ha hechizado a varias civilizaciones por siglos.

Un número escurridizo
Los antiguos egipcios fueron ávidos matemáticos y amantes de la geometría, en especial de los triángulos --lo cual resulta evidente con tan sólo ver sus famosas pirámides--, pero también se interesaron por formas más redondas; al parecer, ellos fueron los primeros en estableces el número pì, con un valor de 3.1404. En el Antiguo Testamento se hacía referencia a esta medición al describir el mobiliario del templo de Salomón: <<...Hizo también la fuente de bronce fundido que tenía 10 codos de borde a borde. Era circular y tenía 5 codos de alto. Su circunferencia, medida a cordel, era de 30 codos>>(I Reyes 7, 23). En otras palabras, para el pueblo de Israel, pi tenía un valor cerrado de 3.
3.1415926535897932384626

Más tarde llegaron los griegos. Arquímedes lo consideró un valor mínimo de 3.1408 y un máximo de 3.1428. Sin embargo, y contrario a lo que mucha gente podría pensar --incluyendo mi profe Don Eulalio--, fueron los chinos quienes calcularon el valor de pi con mayor precisión, cuando el matemático Zu Chongzhi lo definió entre 3.1415926 y 3.1415927.
Por más de diez siglos, Chongzhi fue el ganador de la carrera de la búsqueda del valor de pi, hasta que,en 1610 el matemático Ludolph van Ceulen calculó los 35 primeros decimales. Después de él, otros notables científicos hicieron lo propio: Issac Newton, John Wallis, Edmond Halley, Thomas de Lagny, Leonard Euler y William Rutherford figuran entre quienes, a lo largo de la historia, fueron poniendo grantios de arena en forma de dígitos después del punto decimal de pi. El último cálculo registrado que se hizo sin ayuda de una computadora fue el de D.F. Ferguson, quin lo cifró hasta 808 decimal valiéndose sólo de una calculadora mecánica.


PI, el orden del caos

La historia por supuesto, no acaba ahí, pues hasta el día de hoy, con la valiosa ayuda de la tecnología informática, al valor de pi se le siguen añadiendo números; por ello se ha considerado que es un número irracional y trascendental.Dicho de otro modo, todo parece indicar que nunca sabremos exactamente cuánto mide el "cachito" que falta para cubrir completamente la circunferencia de un círculo con su diámetro, ya que el número exacto no puede ser calculado a través de sumas, restas, multiplicaciones, divisiones o raíces cuadradas, y la sucesión de cifras tras el punto decimal, literalmente, no tiene fin.
Para los estudiantes, 3.1416 es un redondeo fácil de recordar, pero la verdad es que esa cifra dista mucho de ser precisa. El cálculo de pi más exacto hasta el día de hoy se realizó con la ayuda de una supercomputadora Hitachi con un TB -1000 gigabytes- de memoria en el disco duro y capaz de efectuar 2 billones de operaciones por segundo; el resultado fue un número con 1.241 billones de decimales y, aun así, nunca será preciso, porque la cualidad de pi es la de ser un fenómeno irracional, infinito, aleatorio y sin un patrón definido.


Irracional hasta decir basta

Como es de esperarse, pi contagia su irracionalidad. ¿Imagina usted lo que sería recitar 1.241 billones de decimales que lo componen? Pues ni lo intente, porque nadie podrá, ya que se necesitarían aproximadamente 222931500 horas --Es decir, 25448 años-- y nadie, literalmente, viviría para contarlo. Pero como no hay peor lucha que la que no se hace, el japonés Akira Haraguchi logró recitar 100000 del número durante 16 horas y media, rompiendo su propia marca y estableciendo el Record Guinness en 2006.
Solo resta añadir que enmedio de tanta matemática, resulta interesante saber que este kloco númeri irracional también ha alimentado la imaginación de científicos y de geeks, pues algunos sostienen que entre sus decimales es posible encontrar todas las combinaciones numéricas que vengan a su memoria: su número de teléfono, el celular de su pareja, la combinación ganadora del Melate de esta semana, su fecha de cumpleaños, junto con la de su mamá, papá, hermanos y hermana. Incluso, hay quienes creen que la capacidad de contención de este número es tan poderosa que, si asignáramos determinados valores numéricos a las letras del alfabeto, y nos armáramos de la suficiente paciencia, encontraríamos que pi contiene algunos pasajes de Don Quijote de la Mancha o, si el ingles es lo nuestro, alguna que otra obra de William Shakespeare.
En conclusión, pi no sólo es un número loco, trascendente e irracional, sino que también podría ser un devorador de posibilidades, un contenedor de sueños y realidades: un aleph numérico que contiene todo lo que existe y existirá.

Sólo hay un problema
filosófico verdaderamente
serio: el suicidio.
Albert Camus


miércoles, 7 de julio de 2010

Le Chaudron Magique


Este grupo es una buenisma agrupación francesa de dub, ellos titulan a su EP Fresh Potion.
Aunque solamente son 5 canciones, en todas ellas se percibe un grandioso ambiente y una excelente atmósfera, excelente uso del saxofón para llevar a cabo el traslado en esta produccion de reggae francés.

¿No hay Salida? -Octavio Paz-


Si para muchos Octavio Paz no dijo nada, para mí en este poema si lo hizo. Redactaré entonces en este espacio "¿No hay salida?" de su libro La Estación Violenta, el cual es el número 42 del Fondo de Cultura Económica.
En Duermevela, oigo correr entre bultos adormilados y ceñudos un incensxante río .
Es la catarata negra y blanca, las voces, las risas ,
los gemidos del mundo confuso despeñándose.
Y mi pènsamiento que galopa y galopa y no avanza, también cae y se levanta
y vuelve a despeñarse en las aguas estancadas del lenguaje.
¡Palabras para sellar al mundo con un sello indeleble
o para abrirlo de par en par,
sílabas arrancadas al árbol del idioma, hachas contra la muerte,
proas donde se rompe la gran ola del vacío,
heridas, surtidores, conos esbletos que levanta
el insomnio!
Hace un segundo habría sido fácil coger una palabra y repetirla
una vez y otra vez,
cualquiera de esas frases que decimos a solas
en un cuarto sin espejos
para probarnos que no es cierto,
que aún estamos vivos,
pero ahora con manos que no pesan la noche aquieta la furiosa marea
y una a una desertan las imágenes, una a una
las palabras se cubren el rostro.
Pasó ya el tiempo de esperar la llegada del tiempo,
el tiempo de ayer, hoy y mañana,
ayer es hoy, mañana es hoy, hoy todo es hoy,
salió de pronto de sí mismo y me mira,
no viene del pasado, no va aninguna parte, hoy está aquí, no es la muerte
-nadie se muere de la muerte , todos morimos de la vida-, no es la vida
-fruto instantáneo, vertiginosa y lúcida embriaguez, el vacío
sabor de la muerte da más vida a la vida-,
hoy no es muerte ni vida,
no tiene cuerpo, ni nombre, ni rostro, hoy está aquí,
echado a mis pies, mirándome.
Yo estoy de pie, quieto en el centro del círculo
que hago al ir cayendo desde mis pensamientos,
estoy de pie y no tengo a donde volver los ojos, no queda ni una brizna del pasado,
toda la infancia se la tragó este instante y todo el porvenir son estos muebles clavados en su sitio, el ropero con su cara de palo, las sillas alineadas en espera de nadie, el rechoncho sillón on los brazos abiertos, obsceno como morir en su lecho, el ventilador, insecto engreído, la ventana mentirosa, el presente sin resquicios, todo se ha cerrado sobre si mismo, he vuelto a donde empecé,
todo es hoy y para siempre.
Allá, del otro lado se extienden las playas inmensas scomo una mirada de amor, allá la noche vestida despliega sus jeroglíficos al alcance de la mano, el río entra cantando por el llano dormido y moja las raíces de la plabara libertad, allá los cuerpos enlazados se pierden en un bosque de árboles transparentes, bajo el follaje del sol caminamos, amor mío, sosmos dos reflejos que cruzan sus aceros, la plata nos tiende puentes para cruzar la noche, las piedras nos abren paso, allá tu eres el tatuaje en el pecho del jade caídode la Luna, allá el diamante insomne cede yen su centro vacío somos el ojo que nunca parpadea y la fijeza del instante ensimismado en su esplendor. Todo está lejos, no hay regreso, los muertos no están muertos, los vivos no están vivos, hay un muro, un ojo que es un pozo, todo tira hacia abajo, pesa el cuerpo, pesan los pensamientos, todos los años son este minuto desplomándose interminablemente, aquel cuarto de hotel de San Francisco me salió al paso en Bangkok, hoy es ayer, mañana es ayer, la realidad es una escalera que no sube ni baja, no nos movemos, hoy es hoy, siempre es hoy, siempre el ruido de los trenes que despedazan cada noche a la noche, el recurrir a las palabras melladas, la perforación del muro, las idas y venidas, la realidad cerrando puertas, poniendo comas, la puntuación del tiempo, todo está lejos, los muros son enormes, está a millas de distancia el vaso de agua, tardaré a mil años en recorrer mi cuarto, qué sonido remoto tiene la palabra vida, no estoy aquí, no hay aquí, este cuarto está en otra parte, aquí es ninguna parte, poco a poco me he ido cerrando, y no encuentro salida que no dé a este instante, este instante soy yo, salí de pronto de mí mismo, no tengo nombre ni rostro, yo está aquí, echado a mis pies, mirándome mirándose mirarme mirado. Fuera, en los jardínes que arrasó el verano, una cigarra se ensaña contra la noche. ¿Estoy o estuve aquí?

Tokio, 1952


Orgías


No, no hablaré de esta práctica sexual del ser humano que tantos años lleva vigente.
Postearé uno de los discos de esos 90's que muchos consideramos como malos. Se trata de la banda originada en Los Ángeles, California: Orgy.
Recuerdo muy bien este Industrial Metal que Orgy solía manejar tan bien en aquella década y recuerdo también aquellos Family Values protagonizados por Korn y todos sus amigos.Esta producción en especial es de muy gusto mío, fue lanzado en 1998 (año que recuerdo muy bien porque era Boy Scout), y como siempre era considerado extraño hasta por mis gustos musicales, Candyass era de mis discos favoritos en aquel entonces.
Creo que lo peor que hizo Orgy fue Punk Statik Paranoia un disco pesimo y de muy desagrado de muchos.
Candyass se caracteriza por todo un proceso musical lleno de sintetizadores de soldadura, bateria remachadora, guitarras demoledoras, un bajo estremecedor y una voz de parte de Jay Gordon que se lleva muy bien con los elementos antes citados; aparte la imágen que tenía cada uno de sus integrantes se llevaba muy bien con su música.
Descarguen Candyass de Orgy si es de su agrado o para el que le guste agrupaciones como Deadsy o Godhead y hasta Bauhaus o PIL.

martes, 6 de julio de 2010

EL CONCEPTO DE TIEMPO EN LA CIENCIA HISTÓRICA (Introducción)


MARTIN HEIDEGGER

Traducción de Elbio Caletti

Martin Heidegger
“El tiempo es lo que cambia .y, se diversifica: la eternidad se mantiene simple”
Meister Eckhart
(357) Desde hace algunos años se ha despertado en la filosofía científica un cierto “impulso metafísico”. El permanecer en la mera teoría del conocimiento parece no ser más suficiente. La perseverancia en problemas de la teoría del conocimiento, surgidos de una fundada y enérgica conciencia de la necesidad y valor de la crítica, no permite que las preguntas últimas, que constituyen la finalidad de la filosofía, alcancen su sentido inmanente. De ahí la a veces oculta y a veces abiertamente manifiesta tendencia a la metafísica. Se deberá interpretar esto como una comprensión más profunda de la filosofía y sus problemas y ver aquí la voluntad de poderío de la filosofía, por supuesto que no de poderío en el sentido de la violencia intelectual de la llamada “concepción del mundo científica-natural”.
En la ciencia y la filosofía moderna la conciencia crítica está demasiado despierta como para que aquella pretenda adueñarse de nuestra cultura con injustificadas y mal fundadas pretensiones de poder; está tan viva que junto al reconocimiento de lo indispensable de una última fundamentación metafísica (la hypothesis platónica), dedica sin embargo siempre una parte principal de su fuerza a la resolución de problemas de la teoría del conocimiento es decir, en un sentido más amplío, a la resolución de problemas lógicos. Pues es cierto que hay un gran número de problemas de naturaleza gnoseológica que aguardan una solución, por fructífera que haya sido la investigación en los últimos decenios precisamente en este campo. Las ciencias de la naturaleza, como las ciencia culturales, se han vuelto problemáticas con respecto a su estructura lógica, y justamente su delimitación rigurosa unas de otras, y la justificación lógica de su independencia, es uno de los resultados principales de esta investigación. A pesar de esto hay, aún suficientes problemas particulares que requieren ser solucionados antes de que pueda ser emprendida la extensa tarea futura de (358) una teoría de la ciencia general. Un problema particular semejante será el objeto de la siguiente investigación. Pueden ser anticipadas algunas indicaciones generales sobre ciencia y teoría de la ciencia, para que la finalidad y el carácter propio de tales investigaciones esté presente en todo momento.
La ciencia es una conexión de conocimientos teóricos fundados y ordenados según principios. Los conocimientos se formulan en juicios; estos juicios son verdaderos, valen, y precisamente tiene valor en un sentido estricto, no el acto de juicio que el investigador particular formula al obtener el conocimiento, sino el sentido del juicio, su contenido. Cada ciencia, concebida en la idea de su perfección, es una conexión en sí subsistente, de sentidos que tienen validez. Las ciencias particulares concretas, como hechos culturales, condicionadas culturalmente no están nunca acabadas, sino siempre en camino, en la búsqueda de la verdad. La forma y modo como se encuentran los conocimientos en las ciencias particulares, es decir el método de la investigación, está determinado por el objeto de la ciencia respectiva, y por los puntos de vista bajo los cuales ésta los considera. Los métodos de investigación de las diferentes ciencias trabajan con ciertos conceptos fundamentales cuya estructura lógica tiene que tener en cuenta la teoría de la ciencia. El planteamiento gnoseológico conduce fuera de las ciencias particulares, al ámbito de los últimos elementos básicos de la lógica, las categorías. Pero en el investigador de las ciencias particulares surge fácilmente la impresión de la obviedad, y por lo tanto la infecundidad, de tales investigaciones gnoseológicas. Pero esto sólo en la medida en que él espera de tales investigaciones algo objetivamente nuevo para su dominio científico particular, Esto ellas no lo pueden hacer (359) porque se mueven en una dimensión enteramente nueva. Por eso le resultan al investigador de las ciencias particulares únicamente significativas cuando él se excede de sus límites como tal, y filosofa.
El poner de relieve los fundamentos lógicos de los métodos de investigación en las ciencias particulares es por lo tanto un asunto de la lógica como doctrina de la ciencia. Pero ésta no puede ser desarrollada en su totalidad en la presente investigación, antes bien se toma una determinada categoría particular (elemento fundamental lógico) -el concepto de tiempo- y se aclara su estructura. A1 final se mostrará que aquí se plantea como problema un concepto central, desde cuya solución se verá claro el carácter total lógico de las ciencias particulares que utilizan este concepto. Ahora se plantea el problema de cual es el camino más seguro que podemos tomar para llegar al reconocimiento do la estructura lógica del concepto de tiempo de la ciencia histórica. Si hablamos de una especial estructura lógica de este concepto de tiempo, queremos decir con esto que su contenido está determinado de modo peculiar por muy determinados elementos categoriales últimos. Se trata de hacer visible esta determinación del concepto de “tiempo en general” como concepto de “tiempo histórico”. Esta determinación estará dada por el hecho de que la ciencia histórica utiliza el concepto de tiempo de acuerdo con sus tareas. La estructura del concepto de tiempo de la historia la podremos por lo tanto reconocer a partir de su fundación en la ciencia histórica. Esta función particular, a su ves, se debe hacer comprensible a partir do la finalidad (Ziel) de la ciencia histórica. Tomamos por consiguiente, para la solución de nuestro problema de la característica lógica del concepto de tiempo en la ciencia histórica, el camino de la finalidad de la ciencia histórica, y a través de la función de allí resultante del concepto de tiempo, llegamos hasta la estructura de este concepto. El problema se puede formular entonces, en pocas palabras, así: ¿Qué estructura tiene que tener el concepto de tiempo en la ciencia histórica para poder entrar en función como concepto de tiempo de acuerdo con la finalidad de esta ciencia? No se supone pues de ningún modo una determinada teoría filosófica de la ciencia histórica, investigándose qué estructura del concepto de tiempo armoniza (360) con ella, sino que partimos de la ciencia histórica como un factum estudiamos la función real del concepto de tiempo en ella, y determinamos de allí su estructura lógica. Cuando lleguemos a la solución de este problema así formulado, entonces debe ser posible, en caso de que hayamos reconocido al concepto de tiempo de la ciencia histórica como uno de sus conceptos centrales, convenir en general sobre la estructura lógica de la historia como ciencia.
La particularidad de la estructura del concepto de tiempo en la ciencia histórica se pondrá de relieve sin duda tanto más nítidamente cuanto más se pueda destacar de una estructura de tiempo conformada de otra manera. Para hacer posible esto, antes del cumplimiento de nuestra tarea propia, debemos encargarnos de examinar una breve característica del concepto de tiempo en la ciencia de la naturaleza, más precisamente en la física. Formulamos entonces el problema referente al concepto de tiempo de la física también de la misma manera en que lo hicimos con respecto al concepto del tiempo de la ciencia histórica y preguntamos: ¿Qué estructura tiene que tener el concepto de tiempo de la física para poder entrar en función como concepto de tiempo de acuerdo con la finalidad de la física?